9.8.13

—Además —añadió, dejando claro que no hacía falta que yo respondiera—, la música es una constante absoluta. Por eso tenemos una conexión tan visceral con ella, ¿sabes? Porque una canción puede llevarte instantáneamente a un momento o un lugar, o incluso a una persona. No importa si todo lo demás ha cambiado en ti o en el mundo, esa canción sigue siendo la misma, justo como en aquel momento. Lo que es alucinante, si te paras a pensarlo.
Lo único que quería, lo único que siempre he querido, era escapar. Estar en algún escondrijo donde poder acurrucarme y sentirme segura, entre cuatro paredes, sin nadie que me señalara ni me gritara. Pero aquí estaba al descubierto, a la vista de todos. Podría haberme rendido, dejarle hacer lo que quisiera, como llevaba semanas haciendo, pero entonces ocurrió algo.
Cuando ella extendió la mano y me agarró por el hombro, algo se quebró en mi interior. Se rompió de golpe, como un hueso o una rama; una rotura limpia
Pero estaba empezando a darme cuenta de que lo desconocido no es siempre lo más temible. La gente que mejor te conoce puede suponer un peligro mayor, porque las palabras que dicen y las cosas que piensan tienen el riesgo no solo de dar miedo, sino también de ser verdad.